LEGO: LA PELÍCULA

LEGO: LA PELÍCULA

Aunque había visto de reojo en la tele cinco o diez minutos de un episodio de Lego Star wars y me había sorprendido gratamente, cuando fui a ver la película esperaba encontrarme una película de niños del montón, del estilo de  algunas de las que he visto recientemente con mi hijo (de cuatro años). Pero no fue así.

Lo primero que me desconcertó fue el ritmo vertiginoso impreso a la película desde el primer momento. Parecía que la hubieran filmado a 45 revoluciones por minuto (es una forma de hablar, por si alguien pone el grito en el cielo).

En esos primeros segundos del metraje me asombró e inquietó también considerablemente la pésima calidad argumental y técnica y el infantilismo de la primera escena, rasgos ambos que posteriormente se revelarían muy calculados.

Después de esa primera escena da comienzo la trama central.

Se empieza entonces a atisbar ya un virtuosismo técnico y escenográfico más acorde con una superproducción americana.

Progresivamente vas sumergiéndote en la historia y tras esa fachada inocente de muñecos sonrientes e inexpresivos emerge el drama de una sociedad distópica al uso del mejor ciberpunk. Descubres a las masas alienadas de títeres aparentemente satisfechos que siguen Las Instrucciones sin cuestionarlas jamás y cantan incesantemente al unísono la canción "Todo es fabuloso..." como un mantra narcotizante.

Al mismo tiempo va abriéndose paso un humor inteligente y provocador, en muchas ocasiones más dirigido a los padres que a los infantes.

Y como en las mejores distopías, entra entonces en escena una casta de héroes, Los Maestros Constructores (¿la masonería original?), llamados primero a sacar al elegido de su ceguera, mostrándole el mundo tal como es y a redimir después, con ayuda de éste, a esa sociedad esclavizada. ¿Lo lograrán? ...

En mi opinión, una película redonda, de las mejores que se han estrenado últimamente para el público infantil.


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